Una mirada suya siempre fue diciente, siempre elocuente...
Ella siempre supo comunicarse con nosotros, no necesitó intermediarios, aprendí de ella el valor de ser quien eres sin ningún reparo, aprendí a no buscar culpables, entendí por vez primera que significa aceptar, aceptar aquello que no podemos cambiar.
Siempre sincera y noble, la primera vez que me encontró llorando, casi postrado de bruces en el suelo, se acercó, se levantó en sus patas y puso sus manos contra mis hombros, luego lamió tiernamente mis lágrimas, no fue la única vez, pero me asombró, ese gesto desinteresado y amoroso se ha grabado en mi memoria, allí donde está todo lo que vale la pena.
A través de ella comprendí que lo que parecía un castigo, es en realidad un privilegio perfectamente imaginado. Puede que no sea un ángel, puede que sí, a mí me lo parece todavía, ella eligió 4 patas, en vez de alas, todo para estar más cerca de nosotros, y poder brindarme momentos únicos.
Así es Princesa «La pequeña», sigue siendo.
Donde estés, sabes que te sigo queriendo pequeña, si se me permite, nos encontraremos otra vez...
Gracias y hasta la próxima...
juanjah9@gmail.com
son seres que actuan desinteresada y sinceramente y por si fuera poco lo entregan todo y no se guardan nada.
ResponderBorrar