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jueves, 24 de octubre de 2013

De Ángeles III

Una mirada suya siempre fue diciente, siempre elocuente...
Ella siempre supo comunicarse con nosotros, no necesitó intermediarios, aprendí de ella el valor de ser quien eres sin ningún reparo, aprendí a no buscar culpables, entendí por vez primera que significa aceptar, aceptar aquello que no podemos cambiar.
Siempre sincera y noble, la primera vez que me encontró llorando, casi postrado de bruces en el suelo, se acercó, se levantó en sus patas y puso sus manos contra mis hombros, luego lamió tiernamente mis lágrimas, no fue la única vez, pero me asombró, ese gesto desinteresado y amoroso se ha grabado en mi memoria, allí donde está todo lo que vale la pena.
A través de ella comprendí que lo que parecía un castigo, es en realidad un privilegio perfectamente imaginado. Puede que no sea un ángel, puede que sí, a mí me lo parece todavía, ella eligió 4 patas, en vez de alas, todo para estar más cerca de nosotros, y poder brindarme momentos únicos.
Así es Princesa «La pequeña», sigue siendo.
Donde estés, sabes que te sigo queriendo pequeña, si se me permite, nos encontraremos otra vez...






Gracias y hasta la próxima...



juanjah9@gmail.com


1 comentario:

  1. son seres que actuan desinteresada y sinceramente y por si fuera poco lo entregan todo y no se guardan nada.

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