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martes, 22 de abril de 2014

Encrucijada

Y si usted no cree en Dios (o si su imagen dista demasiado del ser omnipotente, justo y misericordioso, dador de vida, creador y juez del universo) ¿cómo hace para redimir sus pecados?, para librarse de toda esa mierda que lo atosiga y lo acribilla contra la pared, cómo librarse de eso que le han metido desde el nacimiento por un lado y que le surge de las entrañas por otro, la sensación de culpa, de malestar, de haber cometido un error, cuando usted se siente mal y parece no pertenecer a esta raza o a este mundo; ¿a donde corre? ¿a quién acude?

Encrucijada; le toca tragarse eso solo, como una boya descarriada que se ha soltado y se encuentra en la mitad del pacífico, flotando, sin nada más que su propia existencia, únicamente con su propia "boyitud", sólo la boya, nada más; porque el océano inmenso, poderoso, a veces tranquilo y a veces furioso, como un animal monstruoso; es indiferente a la boya, y a lo que le ocurre, su existencia no se ve afectada por la boya así que ella no le importa.

Y esos pecados y esa culpa tendrá que expiarlas de alguna manera, pero siempre solo; porque como la boya, usted se ha soltado, ha querido ser libre y se ha largado, ahora nada lo ata, nada lo retiene; pero esa libertad tiene un precio alto, muy alto: no tendrá refugio, no tendrá amparo, no tendrá consuelo; su libertad es hermosa, pero costosa, ahora tendrá que ponerle el pecho a todo, aguantarse la vida y la tormenta, solo, malditamente solo, agarrarse a usted mismo y flotar lo mejor que pueda para no tragar demasiada agua.





Hasta la próxima.

viernes, 11 de abril de 2014

Nunca estás solo

Cuenta la historia que un joven viajero había caminado durante jornadas interminables, en procura de un legendario hombre anciano, que se decía no dejaba pregunta sin respuesta. Aquellos que lo habían visitado aseguraban que era un sabio que transformaba sus existencias de forma importante.

El muchacho agotado y hambriento, llegó prácticamente postrado a los pies de aquel anciano, —que, como si se hubiera anticipado al visitante, aguardaba con comida y bebida—.
El viejo vestía ropas humildes y, tenía pelo y barba frondosos, bien podría pasar por un mendigo en cualquier gran ciudad, pero aquel paraje no era una metrópolis, todo lo contrario, era un lugar ciertamente recóndito, sin lujos ni sofisticación alguna.

Entonces el muchacho sació su hambre y su sed, también descansó, y luego se dispuso a transmitir su duda a aquel viejo —que por cierto, parecía ser el único humano en ese lugar—. Pero antes de que el viajero pudiera musitar palabra alguna, el anciano le dijo:

» —debemos ir a sentarnos a la playa

» "está bien" dijo el muchacho pacientemente.

Hubo pasado un buen tiempo, ambos sentados y en silencio en aquella inmensa playa, miraban el horizonte oceánico siempre azulado, como un guiño del destino.

» —hace ya bastante rato cayó una gota en mi frente, y acaba de caer otra en la vuestra, se acerca una tormenta mi amigo

» "debemos ponernos a cubierto entonces señor"

no hubo respuesta, volvió a reinar el silencio. 
Tal cual lo dicho por el anciano una tormenta ligera pero poderosa se tomó la playa y sus alrededores, sin embargo ninguno de los dos se levantó de allí, y quedaron totalmente empapados al término del chaparrón. El joven no quiso esperar más y se apresuró a hablar.

» "¿No sería mejor nacer y quedar apartado para siempre de cualquier semejante?, ¿acaso de esa manera no nos ahorraríamos sufrimientos?, ¿para qué socializar, si podemos ser y estar solos?, ¿mírese, su soledad, no lo ha hecho sabio?... creo que no necesitamos estar acompañados..."

» —Noto que te has sentido lastimado en medio de tus vínculos con otras personas, y noto también que no has sabido atender a mi respuesta, te lo explicaré de nuevo

» "¿p...p...pero qué respuesta?"

» —no todo son palabras mi amigo, pero descuida, te lo explicaré con las mismas...
observa que mojados hemos quedado, dudo que una sola gota hubiera hecho eso posible, vinieron todas juntas, porque se necesitan mutuamente para cumplir su propósito, incluso esas pequeñas gotas que caen adelantadas a las demás, como mensajeras de una procesión de agua, son compañeras de todas las otras, y jamás ninguna gota está sola, ni al partir, ni al llegar.
Porque al partir se despiden con un "hasta pronto" muy rítmico, y al llegar se encuentran entre ellas mismas y con los habitantes de la vastedad mojada, ya sea bailando con timidez sobre el verdor de un bosque o tendidas a sus anchas sobre las rocas y el suelo, en fín, ellas no gustan de la soledad aunque tampoco claman por compañía; ellas saben mi amigo y por eso mojan; no sufren porque dan todo lo que son, ellas hacen y dejan hacer; y no pueden ser, ni estar solas; y yo no estoy solo, a menos que tu presencia carezca de valor...
—  

» "Huh... este... usted... que impresionante"

» —Tenemos tanto que aprender de nuestros congéneres, y de todo lo que nos rodea, que por eso no podemos estar solos, es más, no te asustes, siéntete aliviado de entender que jamás estarás solo mi amigo...

» "Gracias, es todo lo que puedo decir... y hasta luego"



Y cuenta la historia que... "Hasta pronto" como las gotas al despedirse...


Nota: Entrada dedicada a Richard y Cesar, socios, amigos, hermanos... como dos gotas... 





Dudas, insultos, comentarios, sugerencias... bien recibidos en...
juanjah9@gmail.com





domingo, 5 de enero de 2014

Nadie

Nadie me dijo que esto iba a ser fácil.

Nadie me dijo que iba a estar tranquilo, nadie me dijo que todo iría bien.

Nadie me contó su experiencia, algunos me aconsejaron, pero adornaron la historia y parecía un camino suave y pacífico.

Nadie fue crudo y veraz, nadie admite sufrir, y sólo cuentan lo bueno y suavizan lo malo e incómodo.

Nadie quiere estar triste, y cuentan todo con caras felices.

Nadie nunca me dijo «va a caerse, se va aporrear, se va a equivocar tantas o más veces de las que va a acertar.», nadie nunca me advirtió.

Nadie quiso angustiarme antes de tiempo, meterme el miedo en el alma para aprender a vivir con él y superarlo.

Nadie, nadie.

Nadie quiere mostrar sus heridas y su fragilidad, por miedo a que se aprovechen de eso.

Nadie me ha contado que ha sido engañado, que también lloró, que también se cayó y aprendió.

Nadie me cuenta que se sigue cayendo, que la vida es eso, que es caerse y aprender, para caerse de nuevo, muchas veces.

Nadie me ha dicho que la vida es un golpe que puede dejar un sabor de satisfacción luego de innumerables porrazos.

Nadie me ha contado todos sus fracasos, sin saber que el valor de un ser humano no se mide por sus logros o sus derrotas, es valioso por ser humano y por vivir.

Nadie se quiere quitar la vergüenza de encima para decir «la he cagado, miles de veces y he hecho poquitas cosas bien, pero sigo viviendo, trastabillando e intentando ser mejor cada segundo, pero sabe, la sigo cagando y a pesar de todo, sigo viviendo y sigo insistiendo.»

Nadie, nadie.

Nadie quiere que lo vean como un inútil, y que lo tachen y le reprueben y le saquen en cara cada error y cada cagada.

Nadie ha sido valiente para decir «estoy cagado del miedo, casi todo el tiempo, pero hago lo mejor que puedo y doy todo de mi para ser feliz, y aún así la sigo cagando, sigo con miedo y sigo cometiendo errores y estupideces y a veces soy feliz.»

Nadie es capaz de llorar para admitir en su sano juicio que ha herido a muchos y ha botado a la basura incontables oportunidades, porque piensa que eso lo hace un paría y que debe ser rechazado y aislado de la gente útil y feliz.

Nadie, nadie.

Nadie me ha gritado «¡Vivir es complicado! porque requiere sudor, lágrimas y sangre, tragarse el orgullo, la ira, frustrarse, llorar, sufrir, sentirse sólo, bruto e indeseable, y a veces sentirse el ombligo del mundo, querido, indispensable y amado; equivocarse mil veces y acertar una. Porque la vida es eso, es un camino distinto para cada uno, y sólo recorriéndolo es como se aprende y como se vive, la vida es un camino sin un objetivo fijo, puede cambiar, puede ser difuso en ocasiones, y a veces no habrá objetivo y al recorrerlo podrá encontrarlo.»

Porque un grito así ayudaría mucho, me despertaría del letargo que pesan sobre los días, y tal vez así yo gritaría a otros en algún momento y sería más clara la vida.

Y aquí sigo, cayendo, aprendiendo, embarrándola, tirando a la basura segundos, oportunidades, esfuerzos, instantes y situaciones; todo buscando esos esquivos momentos de felicidad, los cuales son difíciles de reconocer y de atrapar.



Hasta la próxima


viernes, 6 de diciembre de 2013

Gracias Madiba

Durante una corta ausencia, alistaba unas cuantas entradas, y anoche, otra sorpresa, como las gotas, que llegan de repente...
Se recuerda de muchas maneras y muy frecuentemente los sucesos que lastiman a la humanidad, y muy seguido se olvida aquello que es bonito, lo que alimenta la esperanza...
Eso quiero, tratar de mantener la esperanza...
Mi gratitud, es a él, a Nelson Mandela, a Madiba...

Gracias Madiba por sonreir, y enamorar a la indomable Africa.
Gracias Madiba por llevar multicolor, a los que solo ven en dos tonos.
Gracias Madiba por ablandar con paciencia y cariño, el recio carácter de los necios.
Gracias Madiba por ser sabio, en medio de tantos intelectuales.
Gracias Madiba por sembrar buenas intenciones, sin escatimar en nada.
Gracias Madiba por llegar a los corazones de los hombres, mientras otros se alejan.
Gracias Madiba por compartir tu sueño, con todos nosotros.
Gracias Madiba por enaltecer el espíritu, y elevar el alma.
Gracias Madiba por ser gota y aguacero, defendiendo una bonita idea.
Gracias Madiba por ser voz, mientras otros enmudecen.
Gracias Madiba por enseñar a VIVIR, a los que solo "viven".
Gracias Madiba por cambiar tú mismo, y así tantas VIDAS.
Millones de gracias Madiba, si es posible, ya nos veremos...

Disfruta de tu libertad Madiba, eres al fín LIBRE...

Nota: Aquí, en la voz de las gotas no hay luto, porque el luto no es multicolor... 




Hasta la próxima

juanjah9@gmail.com

domingo, 24 de noviembre de 2013

Extraño razonamiento 1

...

Y si Dios no existe, en cualquiera de sus diversas formas, si no hay paraíso, si todo acaba con la muerte, un fin y ya.


...

Si eso pasa, hay angustia, estoy seguro, angustia, por todo y para todo, bien.

Ahora; ¿se da cuenta de lo que hay que hacer?, esta llorando, mucho, desperdiciando su vida, esperando cosas y viviendo de algo que no es, una mentira fea y aburrida.

Tome toda esa angustia, todo ese sufrimiento, y siéntalo, métalo hasta sus huesos, hasta que despierte y se de cuenta, que asumiendo como una certeza el primer párrafo, la vida se le puede escurrir entre los dedos como el agua en un lavamanos, y no vuelve.

Sienta esa angustia, en lo más profundo de usted, en cada átomo, en cada célula, en todo su ser, hágase dueño de esa angustia, viva con ella, aprenda a quererla.

Tome todo eso y empiece a vivir de verdad, por usted, cada segundo, que cada instante cuente, que los únicos castigos y recompensas los haya buscado usted, al fin y al cabo la vida es eso, hacerse responsable de lo que hace o deja de hacer.

Hay una frase: "usted se lo guisa, usted se lo come", cada cosa que le pasa en la vida, se la ha buscado usted mismo, de una u otra forma, acepte eso y hágase responsable de su vida, exprímala.

Aún tiene angustia, lo se, estoy seguro, va a estar ahí, toda la vida, toda su vida; pero puede verla a su lado, sonreírle y mostrarle que va a hacer que su vida valga la pena, sobre todo para usted mismo.


...

Y si Dios existe y hay un paraíso y esto es un viaje antes de empezar otro, un cambio más.

...

Pues bien, haga lo mismo: Viva su vida, haga que valga la pena, vívala por usted y por las personas que quiere, ese debe ser el primer motivo, Dios tendrá que comprender, al fin y al cabo nos dio la libertad de elegir. Yo elijo esa opción.










Hasta la próxima.

viernes, 1 de noviembre de 2013

De Ángeles IV

Ella destella alegría y lealtad, igual que «la pequeña», siempre elocuente y siempre transparente, también eligió 4 patas, así pudo planchar mejor los dobleces que tenemos algunos...
Llena de nobleza, aunque a veces incomprendida por los impulsos de sus mandíbulas, ella no tuvo que ladrar para alejar aquello de "la casualidad" de mi torpe cabeza, y es además, otra de mis grandes entrenadoras, una poetisa con la espontaneidad, magia y VIDA, a manos y ojos llenos.
Ésta es Princesa «La grande», una peluda bendición, a tí también te sigo queriendo, y si se me permite, será un honor y un placer que nos encontremos de nuevo...


Gracias y hasta la próxima...




juanjah9@gmail.com


jueves, 31 de octubre de 2013

Lo Básico

Va caminando y mirando hacia adelante, cualquier noche, como muchas ocasiones antes. La cabeza llena de cosas, y entonces empiezan a formarse los remolinos de ideas, la tormenta de deseo y preguntas, de acusaciones y de orgullos.

Y entonces llega esta idea:

"Mire el mundo, mire la gente, mire a la sociedad, mire cualquier grupo humano, mire la cultura; lo que ha edificado, lo que ha construido y ha mantenido, lo que ha ido mejorando o dañando; mire atentamente el mundo por un buen tiempo.

Se da cuenta, cada vez tenemos más cosas que celebrar pero cada vez compartimos menos, cada vez tenemos más, pero sentimos menos.

Nuestras sociedades son una cosa rara, da valor a las cosas y no a los momentos; las primeras se dañan, se cambian, pueden durar cientos de años; los momentos por el contrario son efímeros, duran lo que dura un pestañeo, son intensos y se van, en si los momentos sumados componen cada vida, momentos puntuales, o momentos que se estiran como los suspiros de un enamorado o de alguien que ha llorado.

Desnude todo. Desnude a la sociedad, desnude a cada grupo humano, y no me refiero a quitarles sus prendas.

Me refiero a quitarle todas esas cosas que ha inventado, a todo esa parafernalia que ha montado para ser feliz, para sentirse parte de algo, para sentirse humano. Como si al nacer no lo fueran o tuvieran que pelear por ese derecho durante toda su vida.

Quítele fechas especiales, motivos de reunión, excusas para gastar y consumir, sobre todo impuestas por otros, casi nunca por las personas del común.

Quítele todo eso. Déjeles si desea sólo las fechas de cumpleaños, nada más.

Muchos tal vez nos vamos a sentir desamparados, sólos, perdidos y rotos. Por un tiempo, tal vez mucho o tal vez para siempre y vamos a llorar por lo que nos han quitado, preferimos vivir con un velo que mirarnos desnudos sin nada de esas cosas.

Ahora hagamos la parte más difícil, pero la más bonita y tal vez la más edificante.

Miremos que podemos hacer sin todo eso, veamos que podemos compartir con los que queremos lo que queremos y lo más importante, cuando queramos, cuando nace esa necesidad dentro de nosotros.

Eso es lo básico, ver que externamente no necesitamos nada de eso para felicitar a alguien, o para darle un presente, sólo necesitamos nuestra necesidad, que el corazón reviente el pecho cuando quiere compartir algo con alguien. Que la mente no funcione sino para pensar en compartir, en estar rodeado de algunas personas y en vivir esos momentos, así no haya nada, solo palabras e instantes."


Seguía caminando, una sonrisa mezcla de la confusión y una pequeña certeza, iluminó su rostro unos instantes.

Las calles bullían de gente y de cosas, como toda ciudad que cobija y asusta a la gente.



Hasta la próxima. 

jueves, 24 de octubre de 2013

De Ángeles III

Una mirada suya siempre fue diciente, siempre elocuente...
Ella siempre supo comunicarse con nosotros, no necesitó intermediarios, aprendí de ella el valor de ser quien eres sin ningún reparo, aprendí a no buscar culpables, entendí por vez primera que significa aceptar, aceptar aquello que no podemos cambiar.
Siempre sincera y noble, la primera vez que me encontró llorando, casi postrado de bruces en el suelo, se acercó, se levantó en sus patas y puso sus manos contra mis hombros, luego lamió tiernamente mis lágrimas, no fue la única vez, pero me asombró, ese gesto desinteresado y amoroso se ha grabado en mi memoria, allí donde está todo lo que vale la pena.
A través de ella comprendí que lo que parecía un castigo, es en realidad un privilegio perfectamente imaginado. Puede que no sea un ángel, puede que sí, a mí me lo parece todavía, ella eligió 4 patas, en vez de alas, todo para estar más cerca de nosotros, y poder brindarme momentos únicos.
Así es Princesa «La pequeña», sigue siendo.
Donde estés, sabes que te sigo queriendo pequeña, si se me permite, nos encontraremos otra vez...






Gracias y hasta la próxima...



juanjah9@gmail.com


viernes, 11 de octubre de 2013

De Ángeles II

Estaba de noche, era un poco tarde ya, mi tía me pidió que la acompañara a tomar el colectivo, quise aprovechar y dar un pequeño paseo a Princesa "la grande", ya estaba hecho, fuimos, dejamos que mi tía abordara y nos dispusimos a regresar.
Por aquel entonces la calle que marcaba el regreso de la avenida principal hacia la casa, estaba siendo reparada, el asfalto había sido levantado, se llevaban a cabo reparaciones en algunas tuberías y se encontraba intransitable, así que la recubrían con fibras plásticas de color verde y azul de un poco más de 1,80 de altura. Las calles estaban solas, con mi tía pudimos notar que no había nadie, ¡nadie!, ni siquiera en la pequeña cabina de vigilancia —que se supone debía tener un vigilante—, que se había dispuesto para velar por las máquinas y las herramientas. Solo se podía transitar por el andén, que quedaba convertido en un corredor un poco angosto. Tal circunstancia a esa hora, me ponía en desventaja, solo en caso de que alguien quisiera hacernos daño, a mí y a Princesa, aunque era improbable que ocurriera...
¡Sorpresa!, ocurría, mientras regresaba sentí que alguien nos seguía, y con algo de sigilo logré ver que un hombre, talvez más bajo que yo, se acercaba hacia nosotros con disimulo, pero con suficiente prisa, era obvio que quería alcanzarnos, al entender la situación, solo pude pensar en Princesa, si permanecía junto a mí, lo más factible es que en aras de protegerme, se llevaría la peor parte, así que, mientras avanzábamos estiré mi mano para soltar su correa y permitir que se fuera, ya vería yo como sorteaba el impase. y Justo en ese instante sucedió.
antes de que lograra soltar la correa, y con el sujeto a escasos centímetros de nosotros, apareció él, era un hombre alto, por lo menos medía 1,85, no era muy robusto, pero tampoco muy delgado, aunque el traje de vigilante que usaba parecía quedarle corto, su gesto era amable y su caracter tranquilo. me saludó cordialmente, me preguntó si todo estaba bien, y tras un corto cruce de palabras y de que yo le diera las gracias, me deseo buenas noches.
Un suceso casual, se puede pensar, pero...
solo unos segundos antes mi tía y yo habíamos pasado por el mismo lugar y no había nadie, insisto, ¡¡¡nadie!!!, mi tía tomó el colectivo casi de inmediato, por lo cual no hubo demora, ni tempo para que el "vigilante" llegara a ese punto, lo que parecía un inminente asalto, cambió de repente al encuentro con aquel bonachón vigía, ya que el tipo que nos seguía, cambió bruscamente de dirección, parecía más que frustrado, asustado, ¿y acaso quien era aquel "vigilante"?, Princesa lo supo al instante.
Y es que la noble Pastor Collie, quedó impactada al verlo, no ladró, pero tampoco se asustó, solo quería seguirlo mirando. Luego de que me despedí de aquel "hombre", Princesa no parecía querer regresar, halaba la correa en dirección al "vigilante", y no le quitó la mirada un solo segundo, recorrimos una distancia de aproximadamente 150 o 200 metros, y continuó mirándolo —aunque yo ya no veía a nadie—, con sus orejas erguidas, muy alerta, como sorprendida, y su cola siguió moviéndose, aún después de haber entrado a casa, ella durante un rato más estuvo cerca de la puerta, luego se tranquilizó y se fue a su cama, mi asombro sigue intacto, solo la ví reaccionar así aquella noche, y difícilmente olvidaré aquel extraño suceso. Dicen que algunos animales pueden ver a los ángeles, Princesa, a mi parecer lo hacía, o así me lo hizo sentir y entender ella. 

Hasta la próxima, y gracias.


juanjah9@gmail.com

sábado, 5 de octubre de 2013

De Ángeles I

Me detengo y pienso en lo sorprendente que es el hecho de ser mojado por las gotas, y me doy cuenta que es más sorprendente, si acaso, vislumbrar porque mojan...

Había sido un día algo ajetreado, la noche ya empezaba a cambiar el lienzo azul y blanco, por el de la infinita danza estelar —aunque no notaba mucho esos detalles aquellos días—, la vieja buseta se ofrecía arrulladora desde que abordé, y de nuevo sucumbí a ese desastroso hábito —que aún a veces disfruto— de quedarme dormido en el transporte público, con el agravante de estar muy cansado —así es más difícil despertar—. Y es que ya había pasado, pero en ocasiones y con esos pequeños detalles —que suelen hacer diferencia—, me repito, talvez por el deleite de la sorpresa, talvez por el desdén a los trazos impuestos, talvez seguramente por los dos motivos.
Todo iba como tenía que ir, y lo fue, iba muy cómodo, bastante dormido, hasta el conductor daba un toque de mecedora a la trajinada busetica. Cada vez que pienso en ello, me doy cuenta que habría despertado lejos de casa, más cansado y con un largo tramo por caminar, pero como escribí todo fue como tuvo que ser...
No fue unas calles antes o después, fue en el sitio exacto donde pasa la calle que lleva a la casa en la que vivía, justo ahí. La buena señora, —de unos setenta y tantos— de la que en ningún instante me percaté, me tocó suavemente el hombro derecho, desperté, ella estaba sentada a mi lado, la miré con desconcierto, pero me tranquilicé al escucharla hablar, con toda la dulzura posible me dijo:
"Ay que pena, que lo despertara, es que lo vi tan dormido, y pensé que de pronto se pasaba de donde vive"
Yo di las gracias sin más, dicho esto sonrió y se levantó para bajar de la buseta, yo, ya más despierto miré por la ventana, era justo la calle donde me bajo, así que bajé de prisa y de inmediato tras ella.
Estando ya abajo del vehículo y sin haber pasado más de 5 o 6 segundos, entendí que la noble mujer me había evitado varios incidentes con solo depertarme, giré rápido para buscarla y darle gracias, pero ya no estaba por ningún lado, ¡vaya sorpresa!. Atónito me dirigí a casa, pensando en aquella situación y con bastante asombro.
Días después mientras más le daba vueltas, más extrañado me sentía, ¿como era posible?, ¿y justo en ese instante, y en ese punto?, ¿como podía coincidir el hecho de que ella pensara que yo me pasaría de casa, y que realmente iba a pasarme?, no había una respuesta, no una que me convenciera, no en aquel momento.
Y pasados unos cuantos soles, y unas cuantas lunas, yo, reacio a las convenciones, he llegado a moldear mi respuesta: Un ángel, y una señal talvez. Sí.
Casualidad le pueden llamar algunos, o también un suceso común dentro del bien organizado universo, pero me quedo sin sonrojo alguno con lo que siento.
Alguien —ya hablaré de él, si se me permite— me enseñó muchísimo con una frase corta:
«Y recuerda... Lo importante es lo que se siente y no lo que se sabe»
Gracias, y hasta la próxima...

Nota: Ésta es la primera entrada de una serie, si te suena familiar algo, te ha sucedido, o quieres tratarlo, o solo opinar, me gustaría que me dejaras contarlo en el blog, no tengas miedo de comentar, halagar o insultar, o de escribir al correo que dejo, ésta no es la voz de una gota, sino la de todas las que quieran...

juanjah9@gmail.com


jueves, 26 de septiembre de 2013

Abriendo los ojos...

Hoy lo recuerdo muy bien, con mucho agrado y alegría.
Sin embargo por aquel entonces yo era un adolescente bastante insensato, interesado en unas cuantas banalidades minúsculas, no lograba comprender muchas cosas y desconocía el valor de muchas otras. Aunque hoy sigo sin conocer el valor de varias situaciones, me alegra haber entendido el guiño que hace 12 años me regaló la VIDA. 
Cursaba el 4º año de la secundaria, el colegio era un poco alejado de casa, y yo —creo que lo disfruté— solía llegar tarde, la mayoría del año escolar. Pero ésto no se trata de mi batalla contra la puntualidad, sino de lo que aprendí de una persona maravillosa.
De un modo u otro hoy me siento agradecido de haber llegado tarde en tantas ocasiones, porque eso me permitía encontrarme a Esther, yo, y casi todos le llamabamos "Esthercita". Esthercita era una mujer un poco mayor, de estatura baja, algo delgada, tenía una mirada tierna, una sonrisa encantadora, una voz dulce y arrulladora, y una actitud supremamente noble.
Había algo particular en Esther: ella no podía ver con sus ojos, al menos no con los de su rostro, jamás pregunté la causa, y creo que eso no es importante, Ahora lo explicaré. Ella ayudaba a los estudiantes con dificultades personales, escuchándoles, reconfortándoles y aconsejándoles, siempre con una humildad abrumadora.
Cuando yo llegaba tarde, aprovechaba mi encuentro con Esther para ayudarla a entrar, y de paso evitar regaños —eso talvez fue un poco mezquino de mi parte—. Sin embargo, y daré gracias de nuevo, pienso que ella se las apañaba para encontrarme a mí. Y me saludaba con un calor y ternura que solo conocía en las personas más allegadas a mí, me trataba como si fuera su nieto, tomaba mi mano, la acariciaba y sonreía con dulzura cuando notaba que yo estaba feliz, o decía algo bello si notaba que estaba intranquilo. Siempre que nos encontrábamos Esthercita decía:
«Hola, buenos días corazón, ¿como estás?, ¿Ya viste que bonito sol hace hoy?, está grande y hermoso, tendremos un día agradable y muy feliz»
Muchas veces yo me preguntaba como ella podía decir eso, si no "veía" el sol, ni su apariencia, ni su color, además a mi solía parecerme siempre una "bola grande y amarilla sin novedad", a pesar de todo, Esther me hacía sentir tranquilo y feliz, y sus palabras siempre las recibí de una forma u otra.
Y es que he venido a entenderlo hace algunos soles: Ella tenía mejor visión que muchas personas, los ojos de su rostro no veían, pero a cambio los ojos de su alma estaban llenos de luz, ella era la positividad a «ojo cerrado», ella de algún modo ha ayudado para que yo vaya abriendo mis ojos, la humildad, nobleza, luz, y AMOR de Esther permanecen todavía en mi memoria, ella porta la voz de las gotas.
Gracias Esthercita

Nota: Esta entrada está dedicada a Esthercita, deseo que estés bien, sea iluminando a otros insensatos, o un poco más allá llenándote de más luz...


juanjah9@gmail.com

lunes, 16 de septiembre de 2013

Un trago de cielo

Era de noche, hace tan solo un par de semanas, trataba de dividirme en tres, escribía, «buscaba» ideas y leía un poco, de todo eso quería conseguir otras entradas para añadir a las que se avecinan —siempre que se me permita—...
Y como suele suceder, las sorpresas y los buenos regates, siempre dejan una sonrisa y un delicioso sabor en el alma.
Me recliné hacia atrás para descansar los ojos y el cuerpo, y alargué mi mano para tomar algo de agua, y la pequeña Camila, curiosa y lista —por decir poco—, al ver mi movimiento, me detuvo preguntando: 

—«¿Oye Juan, qué haces?»

Asumiendo la obviedad muy serenamente, respondí tranquilo que tomaría un poco de agua, y ella continuó:

—«Ahhh... ¿Tomarás un poco de cielo?»

La miré con extrañeza, y le dije que sí, que eso iba a hacer, tras cruzar un par de palabras más, ella sonrió con una dulzura que la engalana muy seguido, y se fue a jugar.
En seguida sonreí también, y mientras rascaba mi cabeza, entendí. Ella va muy por delante en tantos asuntos, con solo un par de palabras me hizo ver que todos los días, bebo el cielo en porciones módicas, y no solo el cielo, también el suelo. De parte y parte, brota esa preciosa agua, bebo agua, bebo gotas, bebo cielo y bebo suelo, bebo pues la creación y cuando llegan sorpresas como «la pequeñina», bebo voces sabias y dulces... De eso y otras cosillas más se alimenta "La Voz de las Gotas"...
Disfruten todos esas voces, esas gotas, esos tragos de cielo y suelo...

Nota: Presiento que no es la última entrada en la que ésta dulce niña o algún otro infante, dará su impagable aporte... deseo que sea un hecho de agrado general...

juanjah9@gmail.com

jueves, 12 de septiembre de 2013

Idea 001

...


- Busque a Dios

- ¿Y yo por qué?

Si ni siquiera fui yo quien lo perdió


...








Hasta la próxima

Como se perdió la "razón" III

Los viajeros llevaban algunas noches acampando, amansando el corazón, refrescando la mente, y limpiando de una manera u otra el alma. Fue en la tercera o cuarta noche en la que Sanuaj se separó un poco del grupo, guíado por un impulso que no supo reconocer bien. Y así, con los pies y el espíritu desnudos se dirigió hacia un sitio donde pudiera estar «solo», notó que habían muchos, muchísimos cangrejos sobre la arena, titubeó por un instante, quiso regresar, para evitar un encuentro con las tenazas de los vigías de las arenas, pero notó también, que no le dañarían si se desprendía de sus prejuicios, sentía como pasaban por sobre sus pies sin hacerle más que caricias, eso le dejó absorto.
Luego de haber caminado sobre la playa durante unos 15 minutos, volvió su vista, no había nadie más por allí, estaba «solo» como él deseaba, andó unos cuantos metros, y recordó aquella frase que inundaba su pensamiento desde que emprendió aquel viaje:
«Pide sólo RESPUESTAS».
No podía entender que aquel querido guía transmitiera algo así, parecía poco, parecía muy absoluto y muy ramplón —pero ya entendería—. Y guíado por un impulso, se volteó en dirección a La Mar y al cielo, y con cierto tono de reclamo, dijo en voz alta:

«—¿Por qué sólo pedir respuestas?
»—parezco estúpido —pensó—, ¿a quien le hablo?

Hubo un silencio inquietante, prolongado —demasiado para ese momento—, luego agachó su cabeza y dio un paso, escuchó una voz fuerte —que no intimidante— entonces :

« —¿Que más podrías pedir?

Sanuaj guardó silencio y sacudió su cabeza, luego buscó la fuente de la voz, pero no había nadie, aún así sonaba fuerte, como amplificada, y una vez más escuchó:

« —¿Que más podrías pedir?

Al escuchar de nuevo la voz, se sintió más tranquilo, sin miedo ni prevención alguna, y decidió entablar conversación:

«—Amor, salud, dinero, tranquilidad, felicidad, vida... eso 

«—Déjame empezar por el dinero, lo menos importante. No me corresponde brindarte algo que tú y los tuyos —los humanos— han inventado, eso es asunto de ustedes...
»—Salud... La salud más importante, es la salud de tu mente y espíritu, y esa es una labor más tuya que mía, lo demás viene por añadidura...
»—Tranquilidad... Bueno, creo que ya entendiste eso con lo de la salud...
»—Vida... eres eterno, así los «hice» a todos, tienes VIDA eternamente...
»—Felicidad... espera, en seguida lo entenderás...
»—Amor... verás, «YO» soy AMOR, estoy dentro de tí y fuera de tí por doquier, no me pidas lo que ya te sobra, y si entiendes que dentro de tí está el AMOR, pronto tendrás lo que llamas "felicidad"...»

«—Y respuestas, ¿por qué sí?

«—No te faltarán dudas, y eso es bueno para tí, vas querer y necesitar respuestas, por eso, sólo pide respuestas, es lo más útil para tí y los tuyos, siempre voy a dártelas...
»—Pero atento, que no serán tan evidentes como ahora, ésta es una señal para tí, las próximas veces —que no serán pocas— esfuérzate un poco más, verás cuan divertido es...
»—¿Algo más?...»

«—No, o en realidad sí, muchas gracias, aunque no entiendo mucho de lo que dijiste, pero me siento agradecido, muchas gracias...»

«—No es nada, seguiré «aquí», ahora puedes estar más tranquilo, hasta luego...»

«—Hasta luego...»


Sanuaj sintió —y entendió— que había terminado esa conversación, y sintió como su corazón se hinchó, igual que su alma y su mente, estaba realmente tranquilo, miró por unos instantes más a La Mar y las estrellas, y regresó al campamento en silencio, sin comentar nada acerca de lo sucedido, sintió que el momento de hacerlo llegaría luego, y sucedió, pero esa es otra historia.
Y así Sanuaj, empezó a perder la "razón", como él lo entiende, a todos algún día nos sucede o nos sucederá.

Nota: Esta pequeña serie de entradas, es un guiño a querida Nata, que pidió algo de "locura" aquí...

Dudas, insultos, comentarios, sugerencias... bien recibidos en...

juanjah9@gmail.com

Hasta la próxima...

Parte I

Parte II 









miércoles, 11 de septiembre de 2013

Como se perdió la "razón" II

Las sorpresas hasta ahora comenzaban...
Los jóvenes viajeros después de haberse instalado por una noche en los aposentos de personas allegadas, y de haber desarrollado una cálida conversación, continuaron su recorrido a la mañana siguiente. Luego de algunas anécdotas divertidas, como olvidar parte de los víveres y verse retrasados por dificultades del vehículo que los transportaba, alcanzaron el umbral del sitio que anhelaban. Surgieron algunas rencillas que se olvidaron al penetrar la espesura de la jungla, y al comprender que se necesitaban fuertes y unidos, para recorrer un camino no tan fácil. 
El mismo estaba rodeado de verdor imponente, los trinos de numerosas aves y el aullar de los monos del lugar, exigía pues mentes serenas y fuertes voluntades, como las que ostentan los asnos y mulas que lo recorren sin cesar, era un buen desafío, valía la pena llevarlo a cabo.
Se llenaron de paciencia y mucha ilusión, y recorrieron juiciosamente cada metro sin prisa, un sonido se iba haciendo cada vez más notorio a la vez que andaban, y ese sonido era el anuncio de una pequeña-gran recompensa. Habiendo concluído el camino, se encontraron con la bienvenida al "Paraíso" y un poco más allá, abundante en azul, verde y turquesa, tronaba imponente La Mar, Ella se presentaba como la ama y señora de aquel lugar, sacudía y al mismo tiempo acariciaba las arenas de la playa. Ya habían llegado los viajeros al sitio anhelado. Cada uno, a su manera, se rindió a la belleza y tranquilidad de ese inolvidable paisaje.
Luego de una inevitable parada para avistar a su majestad La Mar y su honorable corte, concertaron con una especie de mercader —que gracias a los años era ya un lugareño más—, su estadía. Los muchachos hicieron sus campamentos, y alcanzados ya por el anochecer tomaron una cena y se rindieron al sueño.
Son varias las experiencias sucedidas durante la estancia en aquel hermoso sitio, sin embargo pasadas un par de noches, Sanuaj vivenció una muy especial, una bastante increible, una que causó que fuera perdiendo la "razón"...

Continuará...

Parte I 

Parte III 

martes, 10 de septiembre de 2013

Como se perdió la "razón" I

Sucedió de manera impensada...
El joven Sanuaj solo quiso una pequeña aventura, no deseaba mucho en realidad, solo un viaje corto, quería, sobre todo, apaciguar sus pensamientos y estar tranquilo.
Sin embargo, y sin saberlo —o entenderlo—, él ya estaba destinado a una aventura al menos curiosa. Cada circunstancia de aquel periplo parecía caótica, desordenada, apresurada y no había sido planeada, incluso los compañeros de viaje se incorporaron sin haberlo imaginado. Aún así, ya todo estaba en marcha, y el viaje se inició, las preocupaciones se iban desvaneciendo de la mente de Sanuaj, conforme avanzaba hacia ese paraje del que había quedado prendado unos años antes.
El mancebo llevaba consigo los buenos deseos de su familia, la alegría de sus compañeros de viaje, y una frase transmitida por alguien muy querido:
 «Pide sólo RESPUESTAS».
Su temperamento parecía mejorar, sus conflictos interiores se iban resolviendo, y estaba cada vez más tranquilo —aún sin haber llegado al lugar que habían decidido—.
Algunas situaciones durante el camino fueron al menos curiosas, teñidas de lo que usualmente llaman casualidad. La primera sucedió al recorrer un trayecto de forma no permitida en aquellas tierras, con el riesgo de ser detenidos por ello o de caer del vehículo; luego se detuvieron a contemplar el paisaje en un lugar en el que se registraban muchos asaltos a propios y extraños —aún así no les ocurrió nada—; y por último en otro trayecto del camino, otro vehículo en el que se movían tuvo un percance que los retrasó en su llegada. Hubo siempre fortuna, siempre salieron con bien, sin notarlo Sanuaj y sus compañeros, eran guíados de una sola pieza al encuentro con su destino. Éste es solo el comienzo de la historia, lo que se avecinaba era por demás inesperado...

Continuará...

Parte II

Parte III

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Había una vez

Había una vez alguien.

Había una vez algo.

En una ocasión alguien uso a algo.

Luego dejo a algo quieto y se fue.


Fin












Gracias a Camila.

Hasta la próxima.

lunes, 26 de agosto de 2013

Sobre todo a gritos...

Solo sigo una voz, que grita y me resuena en la cabeza, eso es esta entrada, la expresión de ese grito...
Estoy seguro que no soy el único que escucha ese grito, y podría extenderme para explicarlo con más hondanzas, pero cada mirada aquí puesta entenderá...
Las voces, como las gotas, siempre son útiles (eso ya se escribió aquí)...




Y así es el grito:
«POR FAVOR, POR TÍ MISMO, POR LOS TUYOS Y POR TODOS, MUÉVETE, HAZ ALGO. MIDAS NO PUDO COMER, NI BEBER, NI AMAR AL ORO, TAMPOCO TÚ PODRÁS, SÉ HUMANO. ¡¡¡HAZ ALGO YA!!!»

Y ésta no es mi única forma de apoyo, utilizo La voz de las gotas para invitar a todos a brindar el suyo. La tierra y nuestra gente —campesinos, pueblos nativos, citadinos, y todo habitante de Colombia— lo solicitan y lo necesitan. 
GRACIAS...

jueves, 22 de agosto de 2013

Tomando la antorcha

Y siguiendo con un tema ya iniciado... Atrapo y aprovecho la frescura de la entrada publicada por mi colega —entrada que me ha gustado mucho— su visión es divertidísima y es un gustazo leerle.
Quiero decir: ¡No temas!.
Si ya desapareciste gracias a mi amigo, ahora te invito a regresar, aparece ahora.
Has notado ya —un poco al menos— ¿que eres?, ¿tienes alguna importancia?...
Bueno, esto resulta tan sencillo —demasiado— que no lo notamos. Eres un individuo, universalmente importante, si aún no eres una gota, te acercaré.
La lluvia, un río, un lago, la mar, no lo serían, sin las gotas, cada gota suma, cada gota es muy importante, una sola gota hace una gran diferencia. Por eso las gotas marchan decididas, no titubean, ya sea cuando el río crece, cuando la lluvia arrecia, cuando la mar se estremece; o cuando permanecen calmos y cadenciosos, las gotas siguen su proceder. "Ellas saben", y siguen en lo suyo.
Puede que me equivoque, puedo pasar por iluso, pero eso no me molesta, pienso que de una manera u otra, mi amigo Ricardo quiso mostrarte que eres importante, que tienes un sitio, que eres y tienes un porqué. 
Viaja como las gotas y si no has encontrado aún tu camino, no te preocupes, lo estás encontrando. Tú al igual que cualquier gota no estás aquí por azares.
¿Viajas con nosotros?, debes saber que tu voz aquí importa, si quieres opinar házlo, no importa el modo, házlo, sea a la vista de todos o no, éste —prometo poner todo de mi parte— será un viaje cada vez más divertido.
Seguiré por aquí...

Nota: mi atención está puesta a cada mirada, voz y oído, sea en los comentarios o en la siguiente dirección. juanjah9@gmail.com

Desaparezca

No, es en serio, desaparezca.

Imagínese el mundo tal cual lo conoce, como usted lo ve y lo siente ahora mismo, mientras lee esto y piensa, mientras come, mientras ve televisión o simplemente mientras desperdicia valiosísimos minutos aquí sentado leyéndome.

Imagínese el mundo así como se lo narro, pero sin usted; si, sin usted, aniquílese, deshágase, evapórese, esfúmese, lo que quiera. Imagínese el mundo sin usted mismo, tal cual lo conoce pero sin usted. Una lástima que usted ya no esté.

Muy seguramente no es fácil, de hecho es una de las cosas más complicadas del mundo: imaginar algo donde usted no este; es muy complicado, puesto que es usted quién imagina, es usted el autor de sus sueños, de sus creaciones o de sus imaginaciones. Estoy completamente seguro que no es nada fácil imaginarse algo así.

Bien, ahora imagínese que usted puede ver todo lo que pasa, pero nadie lo ve, es más usted sólo puede ver y saber que esta pasando en "su mundo" pero sin que usted esté, no puede interactuar con nada ni con nadie, sólo observa, como cuando ve televisión, usted es un simple y desdichado espectador.

Ahora, imagínese que nadie lo recuerda, que nadie es consciente de que usted existió o vivió en algún momento, es decir, para ellos usted no es nada, similar al caso de la televisión o de una novela o de una película, a todos los personajes de allí, no les afecto ni les afecta el hecho de que usted exista o no.

Muy bien, imagínese ese panorama tan desolador, para usted claro está, para aquellos que "existen" no lo es tanto, es más, ellos sufren, lloran, ríen, a veces son felices, aunque la mayoría de las veces por una extraña habilidad humana son desdichados, pero al fin de cuentas viven y sienten con intensidad.

Fíjese bien en este hecho, todos viven normal, luchan, lloran, trabajan, duermen, comen, estudian, se endeudan, en fin, todas aquellas cosas que suele hacer una persona normal, todas aquellas cosas que usted mismo solía hacer antes de este ejercicio.

No sólo eso, todas esas personas que usted creyó conocer y a las cuales usted echa de menos, no lo recuerdan, no notan la diferencia entre si usted está o no está, están tan ocupados con sus vidas que no pueden o no quieren prestar atención a las vidas de otros, ¡interesante! ¿cierto?

Tal vez puede ser un hecho preocupante, desesperante, angustiante, desolador, y desesperanzador, un hecho muy triste para usted, seguro que si. Así que usted vive o vivió y nadie lo nota; ¡ufff!, puede llegar a ser muy triste, darse cuenta de eso puede ser muy muy duro, es aplastante, un hecho que muy seguramente lo va a dejar pasmado, quieto, sin aliento ni ganas para hacer otras cosas.

De todas formas no deja de ser algo muy interesante, algo en lo que valga la pena emplear mucho tiempo pensando, algo en lo que vale la pena pensar, distraerse, analizar y sintetizar cada recoveco de esta curiosa situación. ¿Vivimos para dejar huella e impactar el mundo? ¿o somos como un rayo de sol cualquiera de los que cada mañana alimentan a toda planta en el planeta y son o existen sin un misticismo alrededor? ¿somos especiales o somos como cualquier otro átomo en el vasto universo?. Siempre valdrá la pena debatir sobre esto.

Perfecto, ya vamos terminando. No se preocupe demasiado, en la vida real hasta ahora las cosas no pasan así; por lo menos sus acciones afectarán a alguien. Y si vive usted sólo (cosa que creo muy poco probable), aún así, sus acciones afectarán a las cosas, a su entorno.

El mundo es un tejido más o menos uniforme donde lo que usted haga o deje de hacer afecta poco o mucho a aquellos que lo rodean o a su entorno, ya sea que usted quiera que sea así o no, siempre sus acciones afectan todo alrededor.

Entonces en el mundo real, tal cual usted lo conoce, no importa mucho lo que usted piense, importa muchísimo lo que usted haga. Muy seguramente muchas personas cuando usted ya terminé esta aventura llamada vida le extrañarán. No se ponga eufórico, es muy remoto que lo recuerden para siempre, pero le recordarán, al fin y al cabo en algún momento usted los recordó y los afecto, así como ellos le afectaron a usted.

Excelente. Ahora, puede abandonar este escrito (que no la pagina, siempre encontrará cosas buenas aquí), puede abandonarlo por tonto, por aburridor, por triste, por ser alentador o desalentador, por lo que sea.

Le dejo en paz y si así gusta, haga caso omiso a todo lo leído durante este escrito; es más, olvídelo completamente, como si nunca hubiera existido o sido consciente de que existiera esto.