Buscar este blog

martes, 10 de septiembre de 2013

Como se perdió la "razón" I

Sucedió de manera impensada...
El joven Sanuaj solo quiso una pequeña aventura, no deseaba mucho en realidad, solo un viaje corto, quería, sobre todo, apaciguar sus pensamientos y estar tranquilo.
Sin embargo, y sin saberlo —o entenderlo—, él ya estaba destinado a una aventura al menos curiosa. Cada circunstancia de aquel periplo parecía caótica, desordenada, apresurada y no había sido planeada, incluso los compañeros de viaje se incorporaron sin haberlo imaginado. Aún así, ya todo estaba en marcha, y el viaje se inició, las preocupaciones se iban desvaneciendo de la mente de Sanuaj, conforme avanzaba hacia ese paraje del que había quedado prendado unos años antes.
El mancebo llevaba consigo los buenos deseos de su familia, la alegría de sus compañeros de viaje, y una frase transmitida por alguien muy querido:
 «Pide sólo RESPUESTAS».
Su temperamento parecía mejorar, sus conflictos interiores se iban resolviendo, y estaba cada vez más tranquilo —aún sin haber llegado al lugar que habían decidido—.
Algunas situaciones durante el camino fueron al menos curiosas, teñidas de lo que usualmente llaman casualidad. La primera sucedió al recorrer un trayecto de forma no permitida en aquellas tierras, con el riesgo de ser detenidos por ello o de caer del vehículo; luego se detuvieron a contemplar el paisaje en un lugar en el que se registraban muchos asaltos a propios y extraños —aún así no les ocurrió nada—; y por último en otro trayecto del camino, otro vehículo en el que se movían tuvo un percance que los retrasó en su llegada. Hubo siempre fortuna, siempre salieron con bien, sin notarlo Sanuaj y sus compañeros, eran guíados de una sola pieza al encuentro con su destino. Éste es solo el comienzo de la historia, lo que se avecinaba era por demás inesperado...

Continuará...

Parte II

Parte III

No hay comentarios.:

Publicar un comentario